Un diagnóstico inesperado
Hace un tiempo recibí una noticia: me detectaron un carcinoma basocelular en la cara.
El carcinoma basocelular es el tipo más común de cáncer de piel. Generalmente aparece en zonas expuestas al sol y, aunque suele tener un crecimiento lento y poco riesgo de metástasis, requiere tratamiento médico y seguimiento constante, porque puede expandirse localmente y dejar cicatrices visibles.

En mi caso, me salió en la sien, justo en el límite con el pelo. Afortunadamente la cicatriz quedó casi imperceptible, pero desde entonces debo hacerme chequeos cada 6 meses para controlar cualquier signo de recurrencia.
¿Por qué me pasó?
El origen de este carcinoma tuvo varios factores:
Exposición solar en mi juventud: en mi generación estaba de moda estar siempre bronceada. Pasaba muchas horas al sol sin protección adecuada, algo que hoy sé que tuvo consecuencias.
Antecedentes familiares: en mi familia existen varios casos de cáncer de piel, lo que aumenta mi predisposición genética.
Zonas mal protegidas: aunque hace 5 años uso bloqueador solar todos los días, el carcinoma apareció en un área cercana al pelo, donde probablemente aplicaba menos protector. Ese pequeño descuido fue suficiente.
El aprendizaje más grande
De toda esta experiencia me quedó clarísimo:
👉 El protector solar no es opcional, es esencial.
Podemos invertir en las mejores cremas, tónicos o sérums, pero nada reemplaza la protección frente al daño que provoca el sol. El bloqueador es, literalmente, el paso más importante de cualquier rutina de belleza y de salud cutánea.

¿Por qué es tan importante el protector solar?
La radiación ultravioleta del sol tiene un efecto acumulativo en la piel. Aunque no lo veamos de inmediato, con los años deja huellas visibles y silenciosas:
Envejecimiento prematuro: arrugas, pérdida de elasticidad y textura áspera.
Manchas y tono desigual: hiperpigmentación difícil de revertir.
Riesgo de cáncer de piel: como el carcinoma basocelular, el espinocelular o incluso el melanoma, que es más agresivo.
Cómo usarlo correctamente
Para que realmente cumpla su función, el protector solar debe usarse:
--> Todos los días del año: incluso en invierno, cuando está nublado o si solo sales un momento.
--> En todas las zonas expuestas: rostro, cuello, orejas, escote y línea del cabello.
--> En cantidad suficiente: no basta con una capa ligera, es necesario cubrir bien la piel.
--> Reaplicado cada 2-3 horas si estás al aire libre o después de sudar o mojarte.
Lo que aprendí del skincare coreano
En Corea el protector solar es la base del skincare. No es el “último paso” opcional, sino la piedra angular de toda rutina de belleza. Cuidar la piel significa prevenir, y el sunscreen es la mejor inversión en salud y apariencia a largo plazo.
En Bom Beauty creemos profundamente en este enfoque: la belleza parte por la salud de la piel, y el cuidado solar es el mejor aliado para mantenerla joven, luminosa y protegida.
Mi mensaje final
Yo no puedo retroceder el tiempo, pero sí puedo cuidarme más que nunca hoy. Y quiero dejarte este recordatorio:
✨ La piel que tienes es única y te acompañará toda la vida. Protéjela, cuídala y dale el lugar que merece en tu rutina.
Elige el protector solar que mejor se adapte a tu piel y conviértelo en tu hábito más fiel, los 365 días del año.